Desde pedalear por la Ciudad de las Artes y las Ciencias hasta ver el atardecer desde una barca en el Parque Natural de l’Albufera
Valencia es de esas ciudades que lo tiene todo: playas mediterráneas (urbanas y salvajes), cultura a tope, naturaleza para todos los gustos o mercados típicos; también está repleta de bares centenarios y tabernas sibaritas, restaurantes de postín y hamburgueserías para chuparse los dedos. Tiene arquitectura, clásica y contemporánea, un clima sublime, un Parque Natural con atardeceres de postal (cómo me gustan esos) y tiene la Paella ¡bendita paella!. Por ende, hacer una mini guía de Valencia, como esta que os voy a hacer, cuesta bastante porque —con permiso de Madrid o de Sevilla— la capital del Turia es grandiosa.
Una guía que te sirve tanto si es tu primer viaje a Valencia, como si has ido varias veces y quieres descubrir un nuevo plan de esta urbe sibarita y deliciosa. Este decálogo de planes es mi visión personal de lo que cualquier mortal debería conocer de esta gran ciudad. Hay para todos los gustos.

1. Descubrir las mejores vistas de la ciudad
Los que me leéis o me conocéis sabéis que me encanta buscar las vistas más alucinantes; pueden ser desde torres, montañas o miradores hasta rooftops. En esta guía de Valencia hay dos sitios que merece la pena mencionar. El primero es el Miguelete, la torre campanario de la Catedral de Valencia. Para coronarla hace falta subir una escalera de caracol con 207 escalones, pero el esfuerzo seguro merece la pena. El segundo son las Torres de Quart, proyectadas como puertas defensoras de la ciudad y con muchas menos escaleras, pero con vistas igual de bonitas.
2. Visitar el Mercado Central y comer en Central Bar
Los mercados son una excelente opción para tantear la cultura gastronómica de una ciudad, son lugares donde se suelen encontrar productos frescos típicos de la zona, frutas, verduras, carnes, frutos secos, especias, etc. que suelen ser populares en las despensas de sus habitantes. Por ello, si eres amante de la gastronomía, son lugares que no puedes perderte. El Mercado Central de Valencia está, además, ubicado en un edificio de estilo modernista de espectacularidad innegable; con azulejos, vitrales y columnas de hierro. Una vez allí, no te vayas sin tomarte una caña o un vino en Central Bar by Ricard Camarena; además, su ensaladilla y su bocadillo de lomo, cebolla, mostaza y queso son un acierto.
3. Desayunar o merendar en La Más Bonita
El desayuno es mi comida favorita del día, disfruto los buffets de hotel, los waffles, las frutas y el café; así que recomendarte este restaurante era más que necesario. Primero porque tiene muchísimas opciones para pedir, desde platos de desayuno completo hasta bollería artesanal, tartas, zumos de frutas y batidos deliciosos. Segundo porque el lugar es hermoso, no en vano se llama La Más Bonita; además puedes elegir entre cuatro locales distintos en la ciudad. Tercero porque también tiene un chiringuito en primera línea de playa para pasar un verano fuera de serie.

4. Pasear por la Ciutat Vella
Ay lo que me gusta perderme por los cascos antiguos de una ciudad y este me ha cautivado en exceso. No hay una ruta específica (o quizás sí, pero no me gusta seguirla) para recorrer las sinuosas calles del entramado urbano medieval valenciano. Lo que sí hay que tener en cuenta es algunos monumentos que no puedes perderte durante el paseo. La Catedral de Valencia, que ya la mencionamos en el punto 1, cuyos alrededores, como la plaza de la Virgen, son igual de bonitos que el edificio mismo. El Museo de la Cerámica, cuya fachada esculpida en alabastro ya merece la visita. La Lonja de la Seda, una joya del gótico civil que representa el esplendor mercantil de Valencia en el siglo XV o la preciosa Plaza del Ayuntamiento, rodeada de majestuosos edificios y que desprende color y alegría.
5. Tomar el sol en alguna de sus playas
El aroma a salitre y la arena en los pies todo lo curan, eso sin duda, y en una mini guía de Valencia no podría faltar una playa, o varias. Si eres de los que prefiere la comodidad y los buenos servicios, las playas urbanas serán tus favoritas; desde la Patacona hasta el Cabañal, pasando por la famosa playa de la Malvarrosa. Todas ellas a tiro de piedra del centro, con un paseo marítimo amplísimo y repletas de restaurantes y bares. Si tienes un espíritu indomable y te gusta alejarte del bullicio urbano, los arenales del cercano Parque Natural de L’Albufera son para ti. Mi favorita es la playa El Saler, agreste y alejada, pero perfecta para disfrutar del sol, la arena dorada y las calmadas aguas del mar Mediterráneo. Toma nota y alista: sombrilla, toalla, nevera con cerveza, gafas de sol, protector solar, un buen libro…
6. Disfrutar del atardecer desde una barca en L’Albufera
«Naturaleza en estado puro, atardeceres de ensueño, paseos en barca y desconexión en mayúsculas», es como describe la Web Oficial de Turismo de Valencia el Parque Natural de l’Albufera, y no podía estar más en lo cierto; lo mejor es que está a tan solo 10 kilómetros de la ciudad. Además, es un sitio espectacular para una buena comida, pues es el lugar donde se inventó la paella y donde, de hecho, se cultiva (en mi opinión) uno de los mejores arroces del mundo. Además de sus playas y sus restaurantes, deberías apuntarte a un paseo en barca tradicional al atardecer, para disfrutar de un paisaje espléndido en el lago de l’Albufera. El paseo dura una hora, es en barcas típicas de la zona y cuesta unos 5€ por persona.

7. Pasear por el Jardín del Turia
En esta guía de Valencia también incluyo naturaleza urbana porque sí, Valencia, también está repleto de naturaleza en plena urbe. Los Jardines del Turia son un corredor verde de 9km de longitud que atraviesa la ciudad por el antiguo cauce del río Turia; un increíble espacio lleno de árboles, deportistas y viandantes. Se puede recorrer andando, trotando, en bici, patinete eléctrico, patines, etc. El único requisito es respirar profundo y disfrutar de la naturaleza.
8. Pedalear por la Ciudad de las Artes y las Ciencias
Si hay algo que caracterice a Valencia es su impresionante Ciudad de las Artes y las Ciencias, un espacio que tiene la capacidad de dejarte boquiabierto en segundos. Esos edificios en formas extrañas y futuristas (obra del arquitecto valenciano Santiago Calatrava), contrastan de forma espléndida con el agua turquesa que los rodea, mientras en su interior se suceden museos, acuarios o escenarios culturales. No hay que perderse Umbracle, un gran jardín repleto de plantas típicas mediterráneas y que en verano acoge la terraza Mya, ideal para tomar una copa tranquila.
Si te gusta pedalear, busca los carritos para dos o cuatro personas que se alquilan en el parking y date una vuelta por todos sus senderos, con paradas para tomar fotos y disfrutar del espectacular paisaje. Si eres amante de los animales no dudes en pasarte por el Oceanogràfic, con siete ambientes marinos distintos y, si vas con niños, el Museu de les Ciències, que ofrece diversas exposiciones interactivas, es un espacio ideal.
9. Probar una auténtica paella
Ya disfrutamos de sus playas mediterráneas, de sus tesoros arquitectónicos, de su historia y de su naturaleza, ahora es el turno de probar su plato más tradicional y, sin duda, más famoso. Conocido y versionado alrededor del mundo, la paella es un manjar que hay que degustar con calma, en un sitio donde la hagan con mimo y buenos ingredientes y, a ser posible, con un vino, un toque de alioli y buena compañía. Mis favoritas son la paella valenciana y la paella del Senyoret, opuestas pero igual de sabrosas. Supongo que en Valencia hay miles de restaurantes donde probar sus típicos arroces, yo recomiendo Casa Carmela, en la playa de la Malvarrosa, aunque mis favoritos están en l’Albufera: Restaurante Canyamel, L’establiment y La Matandeta.

10. Descubrir la zona de Ensanche y Ruzafa
Ir de compras al lugar de moda en la ciudad no podía faltar en esta corta pero sustanciosa guía de Valencia. Porque descubrir la zona de Ensanche y el barrio Ruzafa es uno de los planes más recomendados de esta urbe; especialmente para los más jóvenes. Ocio, cultura, tiendas de todo tipo y una restauración para chuparse los dedos abunda en esta parte de la ciudad considerada el «Soho» valenciano. Una de sus grandes joyas es el Mercado de Colón, una preciosa obra del modernismo valenciano perfecta para tomar un aperitivo o una copa al anochecer. Un final perfecto para un viaje perfecto.
Si leíste hasta el final te habrás dado cuenta de que ésta es una urbe que me fascinó, un destino que cautivó todos mis sentidos. Espero que si planeas visitarla pronto esta guía de Valencia te sirva muchísimo y si aún no está en tus planes, ojalá mi post te haya impulsado a ponerla en tu check list viajero. Si quieres más información visita su web oficial de turismo.
Cuanto extrañaba tus artículos Ana!
Que buena descripción, invitan a visitar estos lindos lugares
Muchas gracias, Claudia.
Que bueno volverte a leer, quede antojada