Vacaciones en Aruba, la isla feliz y divertida del Caribe

La energía de su capital, playas paradisíacas, fusión de sabores, muchas aventuras, un amplio bagaje cultural… definitivamente todos necesitamos unas vacaciones en Aruba el año que viene

En estos tiempos tan convulsos hay que buscar formas de evadirse; una de ellas puede ser soñar con (o planear, quizás) el próximo viaje. Unas vacaciones en Aruba son ideales para empezar con pie derecho el 2021. 

Pequeña en tamaño –solo 30 kilómetros de largo por 9 de ancho–, pero grandísima en amabilidad, en diversión  y en alegría. Los arubeños son hospitalarios, aman intercambiar historias antiguas con amigos nuevos y contagian a cada minuto la sensación de que Aruba es un refugio feliz.

Oranjestad
Oranjestad © A.T.A

Situado por fuera del cinturón de huracanes, este paraíso caribeño, recibe a sus visitantes con un sonoro Bon bini (bienvenido) y con su eterno verano. La llamada ‘isla feliz’ es una amalgama de sabores, colores, playas, naturaleza y cultura en la que hay cabida para todo tipo de planes. 

Paseos urbanos 

El primer reconocimiento de la isla hay que hacerlo en su capital, Oranjestad. Una ciudad portuaria que combina arquitectura colonial, típica neerlandesa, con los colores vivos del Caribe

Hay que pasarse por todos sus museos y subirse a su reluciente tranvía para recorrer toda la calle principal. Irse de compras por sus flamantes centros comerciales y, si es martes, reservarse la tarde para el Festival Bon Bini.

Tiene lugar a las 18h30 y en él se dan cita las danzas folclóricas, los trajes típicos, el arte y la gastronomía local. El escenario es el patio del Fuerte Zoutman, la edificación más antigua de Aruba (1788), construida para proteger a la ciudad de ataques piratas. 

faro Carolina
Faro Carolina © A.T.A

Los paseos urbanos llegan también al norte y al sur de la isla. En dirección al primero encontramos el precioso faro California. Desde su alto mirador pueden divisarse la zona de dunas de arena gigantes y los impresionantes riscos de piedra caliza de la costa norte. 

En cambio al sur, el peregrinaje es más cultural. El barrio de San Nicolás recibe a sus visitantes con una explosión de color, en forma de arte callejero. Esta zona de la isla ha vivido un renacer creativo, gracias a la intervención de artistas que adornan con bellos murales todas sus paredes.

Edén turquesa 

Caribe es sinónimo de playas de arena fina y dorada, bañadas por un mar de infinitos tonos de azul y custodiadas por altas palmeras. Unas vacaciones en Aruba están repletas de arenales perfectos para desconectar, cuevas recónditas rodeadas de riscos de piedra caliza y mares perfectos para deportes acuáticos.

Eagle Beach
Eagle Beach © A.T.A

En Aruba está la tercera mejor playa del mundo, por lo que el paraíso playero está garantizado. Se trata de Eagle Beach, una de las más concurridas de la isla. Además, es hogar de dos árboles fofoti con su característica silueta arremolinada apuntando hacia el mar Caribe. 

Los amantes del snorkel deberán enfilar hacia Mangel Halto, de aguas tranquilas y poco profundas repletas de corales. Fisherman’s Hut es la meca del windsurf y el kitesurf y Flamingo Beach es la playa privada en la que encontrar los famosos flamencos rosas.

Fusión culinaria 

Los arubeños saludan en español, pero también lo hacen en inglés, papiamento o neerlandés, además, representan a más de 90 nacionalidades. Las influencias amerindias, latinas y europeas se perfilan en todos los aspectos de su vida; también en la gastronomía. 

plato pescado
The Old Fisherman © A.T.A.

Esa mezcla de culturas ha configurado un menú bastante exótico en el que predominan los sabores picantes y dulces. Del Caribe, por ejemplo, tienen las frutas tropicales y la pesca del día (pargo colorado, mahi mahi y barracuda). De Holanda se han quedado los pancakes y los pasteles dulces, mientras que de Asia o África hay tradición de pucheros, carnes y arroces. 

El restaurante Zeerovers quizás sea el mejor de Aruba; camarones de gran calibre y la pesca del día frita son la joya de la corona. En el elegante restaurante Papiamento, por su parte, hacen la mejor Yeshi Yena, una cazuela tradicional de Aruba con mucho queso y relleno salado. 

Tampoco hay que perderse Charlie ‘s Bar, aunque no por su comida sino por su curiosa decoración. Este bar se hizo famoso desde que los buzos comenzaron a colgar en las paredes y en el techo todo lo que descubrían bajo el agua. Ahora es una especie de museo. 

vacaciones en Aruba
Charlie’s Bar © A.T.A.

Aventura y naturaleza

Unas vacaciones en Aruba no van solo de playas de ensueño, museos y cultura o deliciosos manjares; también hay planes de aventura fenomenales. Kaweta significa curioso en papiamento y es la palabra perfecta para describir el espíritu aventurero de Aruba.

Hay que acercarse hacia el Parque Nacional Arikok y subirse a un 4×4 para recorrerlo entero. Su paisaje es desértico con cactus enormes y maravillas naturales como las cuevas Fontein con dibujos de los antepasados arahuacos. 

vacaciones en Aruba
Piscina natural Conchi © A.T.A.

Tampoco hay que dejarse una visita hasta la piscina natural, conocida como Conchi, de aguas increíblemente cristalinas y rodeada de rocas volcánicas. O escalar hasta el monte Hooiberg una formación volcánica de 168 metros sobre el nivel del mar a cuya cima puede subirse a través de 587 escalones.

Aunque los tiempos no están para pensar en viajes, sí que podemos soñar con unas vacaciones en Aruba en cuanto todo esto acabe. Las mías estarán llenas de aventuras, buena comida, días de playa y tranquilos paseos por el precioso casco antiguo de Oranjestad

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